Lidia Miranda ¡Feliz Cumpleaños! |
Se conocieron en "ANAKOL", se casaron y vivieron felices en Balconcillo. Tal como lo hiciéramos después mi Gaby y yo, se juraron amor eterno, hasta que la muerte los separe, en la Iglesia del Parque Central de Miraflores y, grata coincidencia, con el mismo señor cura. Luego de la ceremonia, la cita fue festejada en medio de buena música y con la familia en pleno. Padrinos fueron Oscar Artacho y su esposa. Osquitar, hijo del gran narrador deportivo, hacía sus travesuras y se ganaba las simpatías de los concurrentes. ¡Cómo no recordar esos inolvidables momentos!
Con sus nietas Fernanda y Barbarita. |
Hoy querida cuñada que le agregas uno más a tu existencia, me siento orgulloso de que tu vida haya sido adornada con tus hijos y tus nietos. Mechita, Angelito, Lucesita y José Carlos, mi ahijado. Ha corrido mucha agua por el río de la vida. Y de ese torrente y caudal, has sabido salir ilesa y triunfal. Al lado del "viejo" Avelino, gran amigo, rehiciste tu vida y le has dado el abuelo querido a tus nietos. Allá, en ese San Miguel al que deseo visitarte pronto, has logrado constituir tu hogar, tu resguardo y tu base para haber formado a tus hijos y darles el ejemplo de unión a mis queridos sobrinos nietos. ¡Te felicito!
¡Salud! Por uno más de la vida. |
Quizá no haya sido lo adecuado. Porque los cumpleaños deben ser felices. Me dejo llevar mucho por mis emociones, pero debo aceptar lo que recomiendan los profesionales del comportamiento humano: hay que volver a vivir y llorar. Hace mucho bien. Con las lágrimas limpiamos el espíritu. Nos desahogamos y le damos nueva pintura a nuestros viejos edificios. ¡Te quiero, cuñadita! Olvídate de los males y sigamos en el camino que nos queda con el optimismo de algún día llegar a brazos del Señor. A reencontrarnos con los que se nos adelantaron y a gozar del Paraíso Terrenal, el eterno. ¡Felíz Cumpleaños, LIDIA! Gracias.
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