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viernes, 5 de abril de 2013

UN 6 DE ABRIL DE 1966 NOS DEJO ANGEL PABLO SERVAN MEZA. HAN TRANSCURRIDO 47 AÑOS Y NO TE OLVIDO. UN GRAN HERMANO.

Angel Serván 
Gracias a una llamada de mi sobrina Luz, puedo escribir uno de los más penosos recuerdos de nuestra vida. Se rompía muy temprano la hermandad de los Serván Meza. Siete y número del cual se sentía orgulloso el abuelo Angel, nuestro querido viejo. El mayor de los hombres y nacido en Barranco, como María Mercedes, la mayor del clan, y el primero en ponerse una ropa de mecánico e iniciarse en el trabajo. Quería ayudar a la casa y cursaba años de secundaria en el Colegio Guadalupe, cuya chompa celeste lucía orgulloso  al lado de dos jugadores de fútbol, famosos por esos tiempos: el primo Jorge Garagate, arquero de la "U" y José Chiarella, amigo desde la Primaria  en el colegio Primavera y también excelente delantero del Deportivo Municipal. Llegaría a ser entrenador de la selección peruana. Todos muchachos del barrio de Surquillo. El y Sócrates culminaron su secundaria en el tradicional colegio nacional de la Av. Alfonso Ugarte. Angel, siempre soñó con ser locutor.

Angelito 2 años
Nos contaba nuestra madre que fue un niño tranquilo y juguetón. Le gustaba  oír la radio y manosear los delicados discos de carbón y disfrutar de la música. Muy pegado a la hermana mayor y sumamente cuidadoso de quien lo seguiría en la familia, el tío "Chocatito". Aquel Barranco del "Puente de los Suspiros", al que llegó a este mundo con mi hermana María, le tuvo gran afecto. Allí residía su madrina Hermelinda, amiga de la infancia de nuestra madre Barbarita. Fue su padrino, Don Leoncio Guizado, gran señor, el que, ligado a las Fuerza Aereas, le consiguió su primer trabajo en el Arsenal de Aeronáutica y al que, tiempo después, me recomendaría para aprovechar las vacaciones escolares. Comparamos las fotos y siempre había en aquel rostro una expresión casi sentimental. Gustaba del tango y fue un amante de los cancioneros y las revistas deportivas. Es su gran legado y que nos ha permitido ingresar con nuestras reseñas y poder recordar el maravilloso pasado.

La familia en 1937.
Las fotos nos vuelven al ayer y en esta, en la que estamos todos los cinco de aquel tiempo, año 1937, podemos apreciar a nuestra madre Barbarita. A su lado está María Mercedes y lleva en sus brazos al recién nacido César Augusto, un 20 de Mayo de aquel año. Parados estamos Sócrates, yo y Angel.  Por supuesto, el niño "bonito" con traje de marinero soy yo. ¡Qué calcetines! Todos usábamos pantalones cortos. Fue en Huaraz, cuando el Tte. Serván fue destacado a ese lugar. Cargaba con toda la familia. Habría que esperar hasta 1942 en que llegarían Luis Eduardo y posteriormente Hernando. De la misma manera y en Arequipa nació Sócrates. Es por eso que le tocó ser viajero desde niño y ser testigo de los esfuerzos de nuestros padres por mantener a la familia unida. ¡Qué bien se le ve a mi hermano con su uniforme escolar y como diciendo: "Nos espera algo mejor". Por supuesto, el teniente Serván estaba cumpliendo su día de servicio y no aparece en la foto.

Sócrates, Angel y José Carlos.
Detrás, Hernando y Erwin.
Esta otra fotografía es en 1950, cuando la familia ya estaba en San Diego 566. Posamos Sócrates, Angel y el jovencito de camisa negra, que soy yo. Atrás de nosotros se han colado Hernando y Luis Eduardo. Por esos tiempos mi querido hermano ya había aprendido los secretos de la peluqería y era el encargado de ahorrarle unos buenos soles a nuestro querido papá. Es en aquel tiempo que nos lleva a Radio "El Sol" y pasamos la prueba con el elenco de Elías Roca. Nuestro inicio en la radio. Muy generoso con sus propinas para no perdernos los capítulos de las "seriales" cinematográficas. Nos tenía fe y gracias a él, por sus datos del concurso de Radio Victoria, ingresamos a la locución y a ese mundo encantador del radioteatro. La música vendría después, en 1957, cuando me prestó la cuota inicial para adquirir mi acordeón. 

Con su padrino Artacho
El 6 de Abril de 1966 vivíamos en la Urbanización San Eugenio, Lince. Días antes lo habíamos visitado luego de su última operación. La gente de "Pregón Deportivo" con Oscar Artacho, Raúl Goyburu, Miguel de los Reyes y otros, estuvieron levantándole el ánimo. "Una raya más al tigre, no le hace". Recuerdo esta expresión, porque mi hermano tuvo varios ingresos al hospital y sometido a delicadas operaciones que supo capear con suerte. Retornaba a casa y, no se por qué, presintiendo lo peor. Muy temprano nos llegó la noticia fatal. Acudí presuroso esa mañana a ver a mi hermano al mortuorio y me sentí impotente de hacerlo volver a la vida. Le acaricié el rostro, besé sus manos y lo contemplé con mis recuerdos inundados en llanto. En esa soledad fría, alguien me consoló y me pidió tranquilidad. Lo dejé y no recuerdo como llegué a casa. Fue velado en San Diego y vi desfilar ante su ataúd a amigos como Humberto Martínez Morosini, José Lázaro Tello y sería largo enumerarlos a todos. Fue una noche con toda la gente de "Pregón" e Irma Céspedes, ya pareja de Oscar Artacho.

Los Serván Miranda
Quiero dedicarle esta reseña a sus cuatro hijos, mis queridos sobrinos María Mercedes, Luz Amelia, Angel César y José Carlos Serván, mi ahijado "Pepe Charles". Por supuesto que a mi querida cuñada Lidia y a todos los nietos de la familia. Aquí los tienen. Los fotografié un año después cuando me visitaron en Lince. Quedaron huérfanos de padre muy niños y les digo que tuvieron un padre maravilloso. Lucesita nos ha dicho que celebrarán una Misa por esos 47 años transcurridos en la Iglesia de San Miguel. Esta reseña es testimonio de un hermano que supo y pondera las virtudes y ejemplo de quien fue Angel Pablo Serván Meza, aquel locutor que se hiciera famoso en la radio con su ¡Atención, Artacho! Y seguidamente le respondía: ¡Un momentito, Serván! Y son muchos los que le recuerdan y serán muchos más los que estaremos orando por su alma, al lado de mis padres y tanta familia querida que partió a su destino final. Gracias.

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