Alejandra |
Fue un lindo lunes el 30 de Julio y que empezó muy temprano con nuestra llegada a casa de Juán Carlos y Mechita en Lince. Tenemos un compromiso con mi nieto Joaquín y que adquirió una especial connotación por que nos sorprendió encontrar en este magnífico hogar a mi esposa Antonieta y a Juanita. Primera visita de la abuela, luego de su rehabilitación a causa de la intervención quirúrgica a la que fue sometida. Se pasó de la consulta que tuvo en el Almenara, a casa de los nietos. Cumplimos en la mañana con Joaquín y retornamos siempre con la movilidad que nos proporciona el gran amigo de Juán Carlos, Manolo el "cheff"-
Joaquín |
Fue igualmente muy grato encontrar a Mercedes Castro, mi querida nuera, gozando del cariño de sus hijos en sus breves vacaciones laborales. Sintiendo el afecto de sus pequeños mellizos que, ante ese sentimiento materno no pueden contener su alegría y la desparraman inconteniblemente. Me dijeron que igualmente recibieron con sus clásicas vivas a la abuelita Antonieta y a la tía Juanita. No fue así con nosotros. No los culpo de nada, porque son todavía pequeñitos que están aprendiendo a calibrar su corta vida. Competir con el amor paterno, es muy difícil y más aún con la mamá que los llena de mimos y regalos. Me alegro que así sea.
"Ale" traviesa. |
Ellos saben que los adoro y nos muestran su engreimiento. Pasan las horas y vuelven a su normalidad cuando los llevamos al "salta salta" y empieza el correteo en ese patio anexo a su linda casa. Nos agrada llevarlos al Parque Castilla y que disfruten de los árboles, las lagunitas y las flores que nos dan su oxígeno. Que observen a los peces que nadan en sus aguas estancadas y que se ejerciten en los juegos mecánicos que ya conocen y los disfrutan de memoria. Me siento el abuelo más feliz de este mundo, cuando los voy a sacar del "nido" en el que transcurren sus mañanas. Es un retorno a casa, cruzando el verdor de aquel hermoso parque.
Todo un varón |
Llegó la hora de almorzar y esta vez fue "Mechita" la que se encargó de atenderlos. Todo es con ella y tal es el engreimiento que no llegan a terminar el menú, en especial Alejandra que adolece de poco apetito. Quizá las golosinas o qué se yo. Joaquín, el varón y rey, no tiene estos problemas. Rodeado de los carritos que le trajo la abuela, muestra su voracidad y deja los utensilios limpios. Allí están los dos, con buen peso y gran vitalidad. Pasados estos momentos, hay que leerle a mi adorado nieto su fábula preferida: y que lo lleva al sueño y a tomar la siesta debida: "El Pastor Mentiroso". Me siento feliz.
Bella y alegre |
La tarde fue bien aprovechada y, a sugerencia de Mechita Castro, nos trasladamos a Miraflores y a uno de los divertidos juegos mecánicos frente a su refrescante ambiente marino. Las fotos que adornan esta reseña, son un reflejo de lo que sucedió allí. Esa brisa procedente del mar y que se percibe en el ambiente, nos hizo disfrutar de las bondades de la Naturaleza. Alejandra y Joaquín se confundían entre los niños que allí jugaban. Juán Carlos y su poderosa máquina fotográfica, captaba sus mejores e instantáneos momentos. Todo un gran espectáculo es ver en los cielos a los "parapenter". Sentimos el inmenso deseo de volar, pero todo quedó en intención. Un paseo maravilloso y al lado de mi querida familia. El tiempo y las horas se fueron raudos.
Un "tanquecito" |
Nuevamente rumbo a casa en Lince y en donde nos esperaba un pan con chicharrón extra gigante. Era casi un panetón. Culminábamos las Fiestas Patrias al lado de los ausentes en la celebración del 28 de Julio en casa de Zoilita. Me dio mucho gusto ver a la abuela Antonieta, ya recuperada y de buen ánimo, dar cuenta de su "panecillo". Por algo tiene el cuidado de nuestra hija Juanita, el Angel de la Guarda que nos cuida y atiende. Tres hijos que nos ha tocado en suerte, para tranquilidad de nuestra vejez. Más los nietos, ¡dulce bendición de Dios! Fue un paseo a todo dar por ese Miraflores de nuestra juventud y añoranzas. Cuando nuestros labios se oscurecían con el sabor y color de las moras y descendíamos por la quebrada de Armendáriz en busca de sus playas hermosas. Un volver instantáneo a los años felices de nuestro pasado y que perduran en la mente.
Mercedes Castro, la abuelita Antonieta, Joaquín, la tía Juanita, Alejandra y el abuelito Carlos. |
Aquí posamos todos menos el fotógrafo. Juán Carlos se dedicó a buscar los mejores ángulos y los halló, como es su costumbre, gracias a su pericia y buen gusto. Le viene sucediendo lo que a nosotros en aquellos tiempos en los que la fotografía nos cautivó. Disparábamos "flashes" a todo lado y nunca aparecíamos en foto alguna. Es que el verdadero artista deja el egocentrismo en busca del buen resultado. Fue una linda experiencia y agradecemos a "Mechita" y "Pachín" por regalarnos un día que tuvo Sol y que nos llenó de calor familiar. Se nota en nuestros rostros y en especial el de la abuela que estuvo realmente feliz. Nuestra reseña es un buen testimonio de lo que significa unión y familia. Habrá oportunidad de gozar con la compañía de Zoilita y Raúl y que todos aparezcamos en la foto como debe ser. Una reseña que la he disfrutado al escribirla. Gracias.
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